El satélite
Integral de la ESA ha tenido un papel clave en el descubrimiento de
un brote de rayos gamma relacionado con las ondas gravitacionales
liberadas por la colisión de dos estrellas de neutrones.

Estos brotes cortos
de rayos gamma son comunes: Integral capta unos 20 al año. Sin
embargo, este era especial, ya que segundos antes de que los dos
satélites detectaran la explosión, un instrumento totalmente
distinto lo hizo en la Tierra.
Uno de los dos
detectores del Observatorio de Ondas Gravitacionales por
Interferometría Láser (LIGO) registró desde los Estados Unidos el
paso de ondas gravitacionales, fluctuaciones en el tejido
espacio-temporal causadas por potentes fenómenos cósmicos.
ESA’s Integral
observatory is able to detect gamma-ray bursts, the most energetic
phenomena in the Universe.
Integral: gamma-ray
observatory
“Se trata de un
descubrimiento histórico, ya que por primera vez se nos muestra la
liberación tanto de ondas gravitacionales como de luz extremadamente
energética procedentes de una misma fuente cósmica”, reconoce
Erik Kuulkers, científico del proyecto Integral de la ESA.
Antes de este
hallazgo, se habían confirmado ondas gravitacionales en cuatro
ocasiones y, en todas ellas, su origen se encontraba en parejas
coalescentes de agujeros negros que giraban entre sí.
Los dos detectores
LIGO captaron este fenómeno por primera vez en septiembre de 2015,
seguido de otros dos a finales de 2015 y a principios de 2017.
Recientemente, el 14
de agosto, tuvo lugar la cuarta observación de ondas
gravitacionales, que también llegaron al instrumento europeo Virgo,
en Italia.
Precisamente por
estas detecciones, los científicos responsables de la misión LIGO
fueron galardonados con el Premio Nobel de Física este mismo mes.
Las ondas
gravitacionales son el único ‘mensajero’ esperable cuando
colisionan agujeros negros. A partir de estas cuatro mediciones,
científicos de todo el mundo comenzaron a buscar con telescopios
terrestres y espaciales posibles destellos luminosos relacionados con
este tipo de ondas.
Explica Volodymyr Savchenko, del
Centro de Datos Científicos de Integral en Ginebra (Suiza):
“Habíamos contribuido a estas búsquedas iniciales con Integral, aunque no encontramos ninguna emisión de rayos gamma o X, como predecía la inmensa mayoría de las teorías”
Esta vez, sin
embargo, la historia tomó un rumbo inesperado.
Se cree que otros
choques cósmicos no solo liberan ondas gravitacionales, sino también
luz a lo largo del espectro electromagnético. Eso puede suceder, por
ejemplo, cuando la colisión implica una o varias estrellas de
neutrones, como los agujeros negros, restos compactos de lo que en
algún momento fueron estrellas masivas.
También se creía
que las fusiones de estrellas de neutrones podían ser la fuente de
brotes de rayos gamma que tanto se buscaba, aunque aún no había
observaciones concluyentes al respecto.
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